15/6/16

Hablar o no durante el sexo [15-6-16]


Hablar o no durante el sexo

Hay mujeres que son incapaces de dejar de hablar mientras hacen el amor y hombres que no dejan de decir cosas en ese preciso momento.


Hay que partir de la base de que las palabras pueden resultar un estímulo muy acariciador y excitantes y no conviene olvidar que el oído es un órgano de los sentidos que puede estimularse como los demás y puede ser asombrosamente erógeno.

Hablar de sexo, rememorar en voz alta detalles de encuentros anteriores, merodear verbalmente la intención de tener relaciones sexuales, utilizar un tono de voz de terciopelo mientras se expresan palabras de amor, emitir un relato erótico, escuchar la actividad sexual de otros, y un largo etcétera, constituyen una fuente de excitación sexual relevante en ambos sexos.

Erótica verbal y gemidos

Aunque son las mujeres las que prefieren una comunicación amorosa y erótica verbal, los hombres no son insensibles a ella. Sin embargo, como en todo, también existen preferencias individuales. Y hay hombres y mujeres que prefieren hablar poco e insinuar más con la actitud corporal añadiendo unas pocas palabras inconfundibles, o ir directamente al grano.

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Se entiende que el contexto en el que eso sucede permite interpretar adecuadamente esos estímulos. Pero mientras se mantiene la relación sexual, las cosas cambian y las preferencias personales resultan mucho más importantes.

No todas las personas gimen o muestran su placer de un modo evidente. Por lo que puede ser una fuente de frustración para el que escucha, que el otro haga el amor en silencio.

Sólo la práctica permitirá que una pareja desigual en este sentido sepa interpretar adecuadamente el silencio del otro (sea hombre o mujer), mientras este aprende a dar satisfacción a su pareja intercalando de vez en cuando algún suspiro o un gemido de placer.

'Así, así, sí, sí'

Existe una forma orientadora de hablar durante las relaciones sexuales. Se trata de las típicas frases cortas: 'así, así', 'por ahí va bien', 'no, no lo hagas así', 'más deprisa', 'más despacio'. Se trata de un tipo de comunicación destinada a decirle al otro cómo estimular a la pareja adecuadamente. Sin embargo, ese tipo de comunicación verbal puede soportarse en los primeros encuentros.

Si uno de los miembros de la pareja se siente obligado a mantener esas orientaciones, puede ocasionar, a la corta, un desencanto porque parece que el otro no aprende o es indiferente a lo que se le dice. Se supone que con el tiempo, cada cual debe saber cómo estimular al otro.

Otra cosa distinta son las exclamaciones o los gritos producidos en las proximidades del orgasmo y cuando este se produce. Habitualmente, son estímulos acústicos que enardecen cada vez más a quien lo escucha, sea hombre o mujer, y aceleran su excitación y su propia llegada al orgasmo.

Eso lo saben las prostitutas, que tienden a hacer alardes de orgasmos, sin sentirlos, cuando ven que el cliente tarda en llegar al suyo. Ya se sabe que el factor tiempo es vital para ese negocio y cuanto menos tiempo se dedique a cada cliente más ingresos se tienen.

Susurrando palabras de amor

Por otro lado existen personas de ambos sexos que prefieren decir palabras de amor, románticas, durante las relaciones sexuales. Y otras que les gusta escucharlas. Pero, también, las hay que eso no les va y prefieren expresar y oír palabras soeces, groseras e, incluso, hirientes. Sólo de esa manera consiguen aumentar su excitación durante las relaciones sexuales.

Otras, sin embargo, parecen enmudecer en este tiempo y sólo son capaces de emitir abortados monosílabos y frases inconexas. Su propio placer les impide hacerlo de otro modo y si se les exigiera hablar, se distraerían y perderían el interés por continuar la relación sexual.

Tras el orgasmo, existen personas que les gusta intercambiar palabras tiernas o de amor. Pero otras, se mantienen en silencio, mirándose, abrazados o, simplemente, estrechándose las manos. Lo que suele resultar abiertamente desmotivador es preguntar en ese tierno momento cosas como '¿qué tal te fue?', '¿cómo estuve?', '¿llegáste al orgasmo?', 'has estado estupendo/a'.

No resulta difícil apreciar que existe una amplia gama de posibilidades en el uso de las palabras mientras se hace el amor. Pero es imprescindible saber cómo le gustan las cosas al otro; porque si no se encuentra en la misma sintonía, pueden aparecer situaciones incómodas que, a la larga, podrían desmotivarle para la unión sexual. No hay reglas válidas universalmente. Bueno sí. Hay una. No le hables a tu pareja de las cosas que te han pasado durante la jornada, o de las que habrán de pasar, mientras haces el amor. Eso desmotiva mucho.

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